domingo, 21 de abril de 2013

Historia de un Alma en el Purgatorio

  Historia de un Alma en el Purgatorio

 
 La Muerte

Alma se despertó. Llevaba muchos días durmiendo, 10 o más. Sintió una presencia y una luz muy fuerte. Abrió los ojos y vio tres figuras, tres personas de unos 30 años. Les preguntó ¿quiénes sois vosotros? La del centro, una mujer radiante y bellísima le dijo: soy la Virgen María, Madre de Dios y madre tuya en el Cielo. A la izquierda estaba un varón serio, pero amable y lleno de comprensión, con barba y túnica. Soy José, le dijo. Hoy es mi día. Me festeja el Cielo y la Iglesia en la tierra y en el Purgatorio. He querido acompañarte hoy, porque me lo han pedido muchos que te quieren. El tercero le dijo: Yo soy tu Ángel de la Guarda, te he acompañado toda tu vida sin que te dieras cuenta, ahora te llevaré a la presencia de Dios.
Cerca estaba otro ser, como escondido en la oscuridad. Le malmetía, diciendo: Ven conmigo, nunca has creído en ellos. ¿Cómo va a ser tu madre, si es más joven que tú? ¿Cómo va a ser un ángel, si no tiene alas? Conmigo te entenderás mejor. De todas formas, seguro que pronto estarás conmigo.
-No, no quiero, tío feo y raro. No me fío de ti, -contestó con descaro.
-Voy con vosotros, pero es que no puedo ni levantarme. Estoy tan cansada, harta y aburrida… Sufro tanto…
El Ángel pasó las manos por debajo de su cuerpo débil y enfermo, dejándolo exánime y recogiendo a Alma, llevándola en brazos, mientras María y José iban a la vez, moviéndose como transportados, sin andar.
La cuidadora que la atendía contó que de pronto había abierto mucho los ojos, después de 10 días de dormida y que movió los labios hablando con alguien, sin que pudiera oír lo que dijo. Eran las 11 de la mañana del 19 de Marzo, Día de San José, Patrono de la Buena Muerte.


 El Juicio


Llegaron. Era como lo había visto en algunos cuadros. Un trono imponente, como de oro y piedras refulgentes. Un Rey que con la mirada lo decía todo, lo sabía todo. Ante Él, un peldaño más abajo, el Señor. Sí, era Cristo, no podía ser otro. Y el Espíritu Santo, como el aire de Todo Ello. Era la Divinidad, era la inmensa felicidad, era el amor puro, era la verdad, era la razón de ser, era la vida, era el ayer y el hoy, el mañana y el siempre. Era la eternidad. Era el Cielo. Donde Dios mora. Como Dios mora. Era Dios. Sí, lo reconocía, lo reconocía cada célula, lo reconocía la Creación entera; era todo lo que habría querido en la vida multiplicado por millones de veces. Alma quería estar ahí, vivir ahí, gozar ese Amor, esa Felicidad, esa Ventura, esa Vida, esa Gloria. Pero se sentía incapaz; era, salvando las distancias, como entrar con harapos y llena de barro a una fiesta de gala. No podía.

Jesús la traspasó con su mirada y mostró a Alma, en un instante, toda su vida, todos sus pecados; también sus méritos. Le dijo Jesús a Alma: Tienes buenos abogados por ahí abajo y por aquí arriba. Hay mucha gente importante que ha rezado por ti y te ha encomendado. Que han cuidado de que recibieras la Extremaunción. Vienes muy recomendada. Pero tú misma ves que en el estado en el que vienes no puedes entrar al Cielo. Deberás cumplir una pena de daño (*) de 75 años, tantos como te apartaste voluntariamente de Mí en tu vida. Y una pena de sentido (**) para purificarte de los pecados cometidos.

(*) Pena de daño: No poder ver a Dios ni gozar de la bienaventuranza celestial. Pena muy grande cuando ya se conoce a Dios.
(**) Pena de sentido. El castigo físico-psíquico-espiritual-somático-moral, semejante a la quemadura de fuego para el cuerpo mortal, que sufre el alma para purificarse de sus faltas y pecados.


                                                                         El Purgatorio
 

Horroroso. Se sumergió en un fuego pavoroso e inextinguible, como un alto horno en plena fundición. Había allí muchas almas más, muchísimas. Todo eran ayes y gritos desgarradores, lamentos y penas. Padecían los cinco sentidos. Ruido, hedor apestoso, visiones de pesadilla, sabor podrido y amargo. Lloros sin lágrimas, un dolor agudísimo en toda el alma, que seguía teniendo una forma semejante al cuerpo, aunque el cuerpo se había quedado en la tierra. Toda ella, salvo el vientre y los pechos, en gracia a su maternidad, pues la Santísima Virgen intercedió recordando que había criado y amamantado a sus hijos. Qué dolor tan intenso. Jamás en la vida sintió nada tan terrible, ni siquiera parecido, ni lo vio padecer a nadie. Y no podía ni desmayarse, era consciente en todo momento. Así horas y horas. Tan sólo una ligerísima lluvia, que se evaporaba casi al instante entre tanto fuego y tantas almas que ansiaban recibir esas gotas finísimas. Eran las oraciones de la Iglesia.
Horas después sintió un brevísimo y suavísimo alivio, casi una insignificancia entre tanto fuego y tanto sufrimiento. Luego fue bañada en un pequeño estanque de agua y aceite, que suavizaron un poco el intenso dolor. Era que en su velatorio mucha gente estaba rezando por ella y alabando a Dios. Y seguía sufriendo y sufriendo. Con una intensidad imposible de imaginar para nadie en la tierra.
Llegó el día siguiente y siguió el intensísimo dolor. De repente, el dolor desapareció. Fue como media hora. Recibió la visita de su Ángel, que la dejó ver por un hoyo la tierra. Era que su cuerpo yacente entraba en el templo y se celebraba una misa de “córpore insepulto” por su alma. Pudo verlo todo, hasta que el féretro volvió a salir y volvieron los enormes sufrimientos, aunque se habían reducido un tanto, como al 90 por ciento. Seguía siendo horroroso e insoportable.



El 25 de Marzo 

Aquello seguía y seguía. En días sucesivos el castigo se iba reduciendo poco a poco, porque muchas misas, rosarios y oraciones se ofrecían por su Alma. Con todo, el sufrimiento era inaguantable. Llegó el día 25 y de repente cesaron todos sus sufrimientos de dolor por el fuego, aunque no la pena de verse en esa situación. El Ángel le comunicó que se le concedía un día de permiso con motivo de su cumpleaños y ser el Día de la Encarnación y Lunes Santo. Salió de la zona del fuego y pudo ir a un límite de la frontera entre el Purgatorio y el Cielo. Recibió una visita extraordinaria, la de su madre, que estaba en el Cielo. Se veían a una cierta distancia, como se ven los presos y sus visitantes en las cárceles, separados sin poder tocarse. Al principio no la reconoció, pues estaba muy joven, pero era ella, sin ningún género de dudas. Se contaron cosas, muchas cosas, pues su madre poco sabía de ella, ya que las almas no pueden acceder a la interioridad de otras almas, ni siquiera desde el cielo. Le habló también de otras almas de la familia que estaban también en la Gloria.
El castigo se reanudó el 26, pero a la tarde, una nueva Misa seguida masivamente en la Parroquia de su hija le supuso un nuevo baño relajante en el estanque de agua y aceite. Siguió el castigo, igualmente terrible, pero ya con un 70 por ciento del dolor. Nadie en la tierra lo soportaría sin desmayarse. Sólo del 10 por ciento para abajo podría resistir un ser humano sometido a los más terribles dolores o torturas sin perder el sentido.


La Pascua
 
Qué día más grande. Había resucitado el Señor. Y era día de descanso. Nadie sufría pena de tormento en el Purgatorio. Jesucristo les visitó fugazmente, pero la alegría duró todo el día. Pudieron hablar unas almas con otras y Alma encontró algunos conocidos. También tuvo visita del Cielo. Otra vez su madre y varias mujeres más de la familia, de generaciones anteriores, pero que la habían conocido en la tierra. La visita fue larga. Hubo tiempo para contarse muchas cosas, aclararse y explicarse.
El lunes de Pascua se sumergió otra vez en la purificación. Ya estaba al 65 por ciento del principio. Al final de la semana los dolores se redujeron drásticamente. Habían llegado varias indulgencias plenarias (***). Cada una valdría por todos los pecados de un alma si se hicieran con plena perfección. Pero si la Gracia que mana de esa fuente es infinita, el que va a recogerla lleva un barreño con un límite de capacidad y que también tiene rotos. Y el alma que la recibe tiene sólo un vaso. Pero 4 o 5 vasos de esa agua purísima de la Gracia sacian la sed más viva y apagan el fuego más ardiente. Así que el Domingo de la Divina Misericordia el Alma pudo pasarlo ya con dolores soportables, aunque muy molestos, compensados por las nuevas visitas recibidas, como todos los domingos, del Cielo. Vio a mucha más gente de la familia, no solo las mujeres. Alma se alegró mucho con esas visitas y ya no volvió al Horno. El martes siguiente, otra Misa ofrecida por su alma la liberó definitivamente de todo dolor de la pena de sentido.
También la Pena de Daño estaba reducida. Pero quedaban aún 65 años de Pena. La Pena de Daño puede acortarse con las oraciones, misas e indulgencias ofrecidas por los vivos.



(***) Indulgencia plenaria.- Don que concede la Iglesia de su tesoro de gracias a las almas que cumplen determinadas condiciones. Por ese don son perdonadas las penas temporales que habrían de sufrir las almas ya perdonadas en su culpa. Puede aplicarse a los difuntos.


Sin pena de sentido
 

Sin pena de sentido, sin fuego ardiendo por dentro y por fuera, queda la nostalgia y la tristeza de no poder unirse a Dios y a los santos. Pero la vida es más llevadera. El Alma se va rejuveneciendo. Alma ya aparenta menos de 60 años y su recuperación física-psíquica-moral-espiritual-somática, es evidente. Con la esperanza de alcanzar pronto la visión beatífica de Dios. Sabe, como es evidente por otras almas que ve, que se irá produciendo un rejuvenecimiento progresivo, hasta aparentar 33 años de perfecta humanidad, sin taras de ninguna clase, por lo que se parece aún más joven para quien lo viera en la tierra. Ha podido ver también a su padre y a su hermano, que aún padecen algunas penas de sentido. Le han contado por qué, pero no se puede escribir por discreción.
Alma ya no tiene odios ni rencores, ni envidias ni obsesiones. Todo el mal fue quemado. Ha podido reencontrarse con gente que odió y ha comprobado que ya es incapaz de sentir animadversión hacia nadie. Ha reencontrado a su marido en el Purgatorio. Ya está también exento de la pena de sentido y está más joven que ella, como de unos 40 y pico años. Se han reconocido como marido y mujer. Hablan mucho. Alma no para de hablar con otras almas. Siempre fue curiosa y quería conocer las historias de cada uno y contar las propias. Mientras estaba en la zona de dolor era imposible. Era tal el espanto, el sufrimiento, que ni siquiera se podía hablar. Tampoco ahora visita esa zona, pues es angustioso y desagradable.
La vida del Purgatorio es muy distinta a la vida de la Tierra, pero tiene muchas similitudes. Los días de la semana, las figuras de las almas, que son personas al fin y al cabo. Las fiestas, que son las mismas de la Iglesia Católica; hay una relación e identidad entre ambas vidas.
A diario reciben la visita de los Santos cuya festividad se celebra. Esparcen consuelo y esperanza. Conceden gracias. Especialmente a los puestos bajo su protección. El santo de Alma no se ha celebrado, queda mucho, pero ha podido ver a su Patrona un domingo.
Los sábados reciben la visita de la Virgen. Muchas almas van al cielo ese día. Ya se sabe quiénes partirán pronto, por lo jóvenes que están. También a diario hay viajes, pero menos numerosos, salvo algunas grandes fiestas.
El domingo es el día en el que se reciben visitas del cielo. Su madre, abuelos, tías, primas, antepasados, conocidos. También a su suegros, amigos y conocidos de su hijo y de su hija, unos tíos mártires de su marido, otros niños que murieron prematuramente, pero bautizados, los cuñaditos que no llegó a conocer. También se le ha permitido echar un vistazo al limbo. Hay muchos niños y animales que fueron queridos por almas que se han salvado. Gozan de una felicidad natural. Ha podido ver a sus perritos. Y ellos a ella. La han reconocido. Saltaban, lloraban y ladraban, pero no ha podido tocarlos.



Cosas curiosas

De vez en cuando llegan almas que permanecen sólo unos instantes. Son gente religiosa y buena, que apenas tiene necesidad de expiación. Una breve purificación y van al cielo. Otros que siguen en el Purgatorio son incluso religiosos, curas y obispos. Padecen muy fuertes dolores de cabeza. Son pecados contra la Fe, porque enseñaron cosas contrarias a la Doctrina de la Iglesia, fueron malos pastores. Son mucho peores que los pecados sexuales, porque los que cometieron estos murieron arrepentidos y lo hicieron por debilidad, no por maldad.
Hay mucha más gente en el Purgatorio que en la tierra. Y en el Cielo hay más que en el Purgatorio y en la tierra juntos. Del Infierno se sabe poco. Existe, pero no se sabe quién está. Las almas del Purgatorio no pueden penetrar en el secreto de las conciencias de otras almas. Y las del Cielo tampoco. Eso sólo puede hacerlo Dios, porque el alma es patrimonio de Dios. Saben porque unas almas se lo cuentan a otras y ya no hay mentira alguna. Todo es verdad.
Ay, si la gente supiera lo fácil que es salvarse y hacer méritos en la tierra y cómo desprecian esos medios fáciles y sencillos. Como son gratis, no le dan valor. Misa, oración, sacramentos, penitencia. Sobre todo, la Misa, que tiene un valor infinito, porque es el Sacrificio ofrecido por Jesucristo al Padre para el perdón de los pecados. Ese sacrificio del Calvario se prolonga a todos los tiempos y lugares mediante la Santa Misa. Gratis total. Lo desprecian. Ese es el mayor pecado espiritual de la gente normal, porque blasfemos, satanistas y ateos son menos. En el orden físico, el asesinato, sobre todo el terrorismo y el aborto.
El principal asistente, confidente, recadero y auxiliar sigue siendo el Ángel de la Guarda. Por cierto, los ángeles no tienen alas y son asexuales, pero parecen más hombres que mujeres, porque teniendo figura humana no tienen los signos propios de la maternidad, necesarios para la reproducción. Son bellísimos, da gusto verlos, pero poco a poco las almas se van pareciendo a ellos. Alcanzarán la perfección con la figura de 33 años perfectos, porque es la edad con la que Jesucristo murió y resucitó.
Su ángel le ha contado que pronto habrá unas misas gregorianas, 30 misas seguidas, ofrecidas por las almas de ella y de su esposo y que el 13 de Mayo, Día de la Virgen de Fátima, en cuya parroquia se casaron y bautizaron a sus hijos, podrán entrar en el cielo. Sobrarán misas y servirán para acelerar la purificación de los demás miembros de la familia.
Alma cuenta todo esto para que sus seres queridos estén tranquilos y para que los que viven en la tierra se den cuenta del peligro que corren si no atienden a las enseñanzas y a los socorros espirituales de la Iglesia.

JLC


Pdta.- El 25 de Abril, Festividad del Evangelista San Marcos, apareció por el Purgatorio el autor del segundo evangelio. Pero también un sencillo y humilde sacerdote, sonriente y amable, que acababa de fallecer y fue al Purgatorio para vestirse de gala antes de entrar al Cielo. Pidió la gracia, que le fue concedida, de permanecer un poco de tiempo allí para visitar a tantas almas conocidas por él, de las que se preocupa como buen pastor. Así, conoció a Alma, por la que había celebrado misas antes y después de su muerte que la beneficiaron muchísimo. Al día siguiente, el buen sacerdote recibió un cargamento precioso de 15 misas simultáneas del funeral “corpore insepulto” presidido por su Obispo. Y cargado con ellas se adentró en lo más candente del Purgatorio, repartiendo y derramando gracias, guiado por su Ángel de la Guarda, consolando y bendiciendo, haciendo mucho bien. También Alma se ha beneficiado con sólo tocarlo y ha rejuvenecido 5 años de golpe. Cuando partió hacia el Cielo, innumerables almas le despidieron agradecidas.

Pdt. 2 .- El 12 de Mayo, Día de la Ascensión del Señor en España, Alma y su esposo estaban ya preparados. Jovencísimos y radiantes, como el día de su boda, pasaron el día despidiéndose de todos los familiares y conocidos, fundidos en profundos abrazos. A las 12 en punto de la noche fueron llamados a la presencia de Dios, subidos por sus ángeles de la guarda. El 13 de Mayo comenzó un día sin fin, sumergidos en la Gloria, la Luz y el Amor de Dios, pletóricos de felicidad y gozo. ¡¡¡Aleluya!!!

jueves, 11 de abril de 2013

El Padre Llanos confesó y dio la comunión a La Pasionaria antes de morir




Pedro Miguel Lamet publica la biografía sobre el padre Llanos

"Azúl y rojo: biografía del jesuita que militó en las dos Españas y eligió el suburbio" (La Esfera), a la venta el martes

Pedro Miguel Lamet: "El Padre Llanos confesó y dio la comunión a la Pasionaria, que murió católica"

"Era un hombre inclasificable, de carácter difícil, pero heroico, creador, líder y de una fe muy profunda"


Era un posconciliar antes del Concilio, un outsider, un profeta para su tiempo, con un corazón universal, ciudadano del mundo y pionero en muchas cosas


El jesuita padre José María Llanos (1906-1992), conocido como el "cura del Pozo del Tío Raimundo" y considerado un auténtico mito tanto del nacionalacatolicismo de Franco como de la transición española, confesó y dio la comunión a Dolores Ibárruri, la Pasionaria, que murió católica. La presidenta del PCE, que enardecía a las masas y confesaba su ateísmo durante la guerra civil, cantaba al final himnos religiosos con el padre Llanos y compartía su fe en piadosas cartas dirigidas al sacerdote. Lo cuenta Pedro Miguel Lamet en Azul y rojo, (biografía del jesuita que militó en las dos Españas y eligió el suburbio), una obra de 730 páginas y cerca de mil notas, que revela documentación inédita sobre el "cura rojo" y acaba de publicar La Esfera de los Libros.
-Poesía, novela, ensayo, biografías, ¿cuántos libros ya?
-Casi cuarenta. Este hace el treinta y nueve de una larga trayectoria.
-¿Por qué el padre Llanos ahora, después de veintiún años de su muerte?
- Era mi amigo, aunque nunca me había atrevido a escribir su biografía por su complejidad y los tópicos de que se vio rodeado. Le conocí en los años sesenta cuando el Pozo era un barrizal y yo, estudiante de filosofía, iba desde Alcalá todas las semanas allí a dar catequesis. Era un hombre inclasificable, de carácter difícil, pero heroico, creador, líder y de una fe muy profunda.
-¿No existen ya un par de biografías de Llanos? ¿Por qué otra?
-Las que existen, escritas a raíz de su muerte, carecen de aparato crítico y por tanto no pudieron, como es lógico, bucear en sus archivos más íntimos. Llanos lo guardaba todo: cartas, poemas, fotos, diarios personales y miles de artículos y conferencias. Conservaba hasta las estampas, sus carnets de Ciudadano del Mundo, del PC, Comisiones Obreras y hasta su brazalete falangista de su época de capellán del Frente de Juventudes. Claro, eso es una riqueza que permite conocer íntimamente a un personaje y desmitificarlo de tópicos.
-¿Y qué ha descubierto?
-En primer lugar que el radicalismo de Llanos data de su juventud. De padre militar y familia católica, y nacido en la calle Serrano de Madrid, cuando estudiaba Química se peleó con José Antonio Primo de Rivera, y cuando se hizo jesuita hizo voto de perfección, luchando con un permanente dolor de estómago que le duró toda su vida. Vivió la expulsión de los jesuitas en el destierro de Bélgica y la guerra desde Portugal, cuando en España fueron fusilados sus dos hermanos, Félix y Manuel. A este último, el más joven, se lo cargaron después de torearle con su capa madrileña y romperle los dientes con su propio crucifijo.
-Luego se ordena sacerdote en Granada y se convierte en el cura de moda del franquismo.
-Así es. Por sus manos pasaría la juventud más brillante de aquella época, en la Congregación los Luises, el Frente del Juventudes, el SEU, el SUT, cientos de tandas de Ejercicios Espirituales, etc. Hasta Franco le llamó para que le diera los Ejercicios de San Ignacio. Llanos decía que el caudillo era "milagrero" y que le dijo que se le había aparecido Santa Teresa. Pero siempre le respetó. Llanos estaba en una lista de "intocables" para la policía, firmada por Franco.
-Y un hombre así, ¿cómo da el salto al otro extremo, a Comisiones Obreras y el comunismo?
-Fue un proceso paulatino. Cuando se albergaba en castillos históricos con los muchachos de las centurias comenzó a sentir que había otra España empobrecida olvidada a sus espaldas. Entonces experimenta una conversión a los pobres y al mundo del trabajo. Crea los campamentos de universitarios obreros del SUT y empieza a auxiliar a los marginados de Madrid.
-¿Cuándo decide marcharse al suburbio?
-A mitad de su vida al cumplir los cincuenta años. En 1955 escribe una interesante carta al provincial de los jesuitas, hasta ahora inédita que publico íntegra en mi libro. Su primera idea era plantar una chabola, una "casita de Nazaret" en el barrizal del Pozo del Tío Raimundo, sólo para dar testimonio, sin predicar, sino para vivir como ellos. Mas tarde, al darse cuenta de la miseria y de sus muchos conocimientos en el centro de Madrid, sirve de puente con el suburbio y se compromete en el desarrollo del mismo: escuelas, luz, agua, cultura y luego casas, un barrio nuevo... Pero al principio se enfrentaba con la guardia civil cuando los recién llegados construían de noche sus chabolas.
-Pero eso no explica que levantara el puño en el primer mitin del PC y que contribuyera con Marcelino Camacho a la fundación de Comisiones Obreras.
-La razón de fondo es que él quería ser del pueblo "a muerte". Y la gente del Pozo, en su mayoría emigrada y represaliada, era del PCE. Luego va a visitar a Marcelino Camacho en la cárcel y se hace amigo de Carrillo y la Pasionaria. Hay cartas muy íntimas con estos líderes políticos.
-¿Cómo prueba en su libro que la Pasionaria murió católica?
-Llanos visitaba cada quince días a Dolores Ibárruri. Llegaron a intimar y hasta cantar himnos religiosos de su época como "Cantemos al amor de los amores". El jesuita nunca reveló nada sobre la conversión de la Pasionaria que en su juventud había sido católica y después de casada con un ateo en medio de la escasez, se hizo comunista y atea. Pero he encontrado cartas que atestiguan que esta mujer al final de su vida volvió a la fe, aunque resultaba muy fuerte hacer público que el símbolo por antonomasia del comunismo de la Guerra Civil hubiera muerto católica, por lo que ese episodio debía quedar en el fuero interno del sacerdote amigo. Él guardaría siempre ese íntimo secreto. Pero hay una carta que he descubierto en sus archivos, fechada el día de Reyes de 1989, donde Dolores, después de decirle que sabe que pide por ella "al partir del Pan (la misa)", añade: "A ver si los "viejitos" que somos convertimos lo que nos resta de vida en un canto de alabanza y acción de gracias al Dios-amor, como ensayo de nuestro eterno quehacer". Publico en mi libro además dos hermosos poemas de Llanos dedicados a la Pasionaria y el testimonio de una amiga que corrobora que Llanos la confesó y le dio la comunión.
- El padre Llanos ¿no se arrepentía de sus arriesgados gestos?
-El padre Llanos se arrepentía de todo. No he conocido un hombre más crítico consigo mismo hasta la depresión. Pero tampoco con mayor personalidad, fe y coherencia interna. Al final de su vida, retirado en la residencia de ancianos jesuitas de Alcalá, confiesa a un periodista local que, como sacerdote, se arrepiente de lo del puño en alto, pero no de ser comunista pues debía compartir todo con aquel pueblo. Y declara que su pasión de siempre, lo que le motivaba de fondo toda su vida, era su amor a Jesucristo.
- Como escritor, ¿qué destacaría de su obra?
-Vivía atado a su Olivetti y envuelto en una manta. Escribió más de cuatro mil artículos y docenas de libros. Era un posconciliar antes del Concilio, un outsider, un profeta para su tiempo, con un corazón universal, ciudadano del mundo y pionero en muchas cosas. Dio credibilidad a la Iglesia en la transición, junto a Díez-Alegría y otros, demostrando que el Evangelio no es patrimonio de un único partido político.
- Y sus superiores de la Compañía, la jerarquía de la Iglesia, ¿cómo le permitieron todo eso?
-Porque mascaba el barro, vivía pobremente, nunca se tomaba vacaciones. Le apreciaban los de izquierdas y los de derechas, desde Solana a Fraga, de Álvarez del Manzano a Carrillo, de Franco a Tierno Galván.
-¿Nunca hubo una mujer en su vida?
-Era desde muy joven, como buen poeta, muy sensible a los encantos femeninos. Tuvo novias muy inocentes antes de hacerse jesuita. Escribía versos casi a a diario, algunos a mujeres, pero él mismo confiesa que nunca había "besado de verdad". Al final tuvo un amor platónico muy intenso a Carmen Díez-Rivera, la llamada "musa de la transición", que también era una marginada por la vida y la enfermedad. Pero no pasó de escribirle cartas y poemas. Como es muy curiosa la admiración y amistad que le profesaba el anticlerical Francisco Umbral. Los tres se autodenominaban "la trilateral".
-Si tuviera que definir José María de Llanos en una sola frase, ¿cual sería?
-Llanos es indefinible e inabarcable por su compleja personalidad e inagotable actividad. Nunca me ha costado más, por esta razón, escribir una biografía, y he escrito más de una docena. Elegiría la definición que a raíz de su muerte publiqué en Diario 16: "Fue ante todo un poeta, un soñador que escribió, con hechos de vida, su mejor poema, desde su consciente debilidad".
-¿En su opinión qué significado tiene la figura de Llanos en el momento presente?
-En un mundo azotado por la crisis, la corrupción y la obsesión económica, Llanos representa que la fe es inseparable de la lucha por la justicia y que hay valores desprestigiados por el actual neoliberalismo dominante, como son la solidaridad, el amor y la esperanza que dan pleno sentido a la vida humana.